Aficiones positivas en los niños y las niñas
Avanzamos hacia una sociedad donde los niños y niñas necesitan espacios para desarrollarse y divertirse; el compromiso de los adultos es acompañarlos y guiarlos para que descubran sus aficiones que sean un complemento de su desarrollo y educación.
Hay numerosas actividades que la niñez puede practicar en su tiempo libre y que sirven de complemento de su vida escolar. Lo mejor es que sean los niños y las niñas quienes decida la actividad que quieren realizar.
Si lo que desea es practicar algún deporte, pues debemos aplaudirlo e inscribirlo en algún equipo o club deportivo; si le gusta la música o pintura, hay escuelas especializadas.
Si observamos que dejan de disfrutar con estas actividades debemos permitir que puedan abandonarlas o que elijan otra ocupación, sin provocar en ellos, una sensación de fracaso. No obstante, cuando un niño o una niña deciden apuntarse a alguna actividad extraescolar o cambiar a otra, debemos cerciorarnos que se debe a un deseo o una tendencia firme y no a un capricho o una moda del momento.
La característica principal de una afición positiva es:
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Su carácter lúdico. Los niños y las niñas debe disfrutar realizando estas actividades, No se trata de que sea el mejor de su equipo de fútbol o baloncesto ni que haga unas manualidades perfectas, sino que aprenda y disfrute.
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Tiene un efecto terapéutico. Le puede permitir evadirse de sus obligaciones escolares haciendo algo que realmente les gusta.
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Tienen un efecto educativo, ya que son un medio de formación intelectual y social.
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Aumentan la capacidad creativa en los niños y las niñas con el desarrollo de nuevas habilidades y descubrir posibles inclinaciones profesionales.
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Puede apoyar a estimular la superación personal, la convivencia con valores como el respeto, la solidaridad, entre otras.
Animemos y acompañemos a la niñez en todo tiempo.