La adolescencia es una fase que a menudo la vemos como conflictiva. Hoy en día, parece que se va adelantando, suele producirse entre los 12 o 13 y los 16 o 17 años.

En esta importante etapa, las madres, padres y cuidadores se ven desafiados y su acompañamiento es fundamental para el desarrollo de los adolescentes.

Te compartimos algunos consejos que pueden ayudarte a tener una mejor convivencia, comunicación y relación con tu hija o hijo adolescente

Promueve tiempo juntos dentro y fuera de casa. Intenta proponerle actividades que compartan y se diviertan como: ver una película, compartir un juego de mesa, incluso cocinar y comer juntos para platicar y saber sobre su día, eso le generará confianza. Además, siempre date un tiempo para salir a comer, visitar un parque o compartir un momento en un lugar que ambos disfruten.

Destaca sus cualidades. Reconoce sus cualidades y felicítale por sus logros, eso lo incentivará a que siempre se supere.

Habla siempre en positivo y no lo acuses. Piensa en frases que lo hagan sentir entendido y guiado, por ejemplo

Habla bien de tu hija/o ante otros. No lo expongas ni critiques ante los demás. Los trapos sucios se lavan en casa. Recuerda que debes fomentar la confianza y discreción en situaciones físicas, emocionales o espirituales que atraviesan.

Dale tiempo para que conviva con sus amigos y cuando quiera estar solo. No lo asfixies queriendo controlarlo todo el tiempo, es bueno que salga del círculo de papá y mamá y comparta con otros. A su regreso puedes preguntar cómo estuvo su día, qué le gustó más de la experiencia, escucharlo y animarlo. Lo más importante es que sienta que confías en ella o él.

Dale siempre muestras de cariño y amor. Aunque a algunos adolescentes no les gusta que los besen y abracen en público, como a la entrada de la escuela, como madres y padres deben tratar de expresarle, siempre con respeto, que lo amas, que son importantes, que no sienta distancia física entre ustedes. Al final todos necesitamos siempre un abrazo o una palabra de cariño.

Recordemos que todas y todos hemos pasado por la etapa importante de la adolescencia y que ha significado un tiempo de crecimiento personal y transformación porque empezamos a explorar un nuevo sentido de libertad, el cual, debe ser bien acompañado por los adultos para que se vuelva una experiencia de verdadero crecimiento y avance.

“Nadie tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza”. 1 Timoteo 4:12.