Cultivando la paz en el hogar
La familia es el lugar donde la niñez y adolescencia deben estar seguros y protegidos, recibir amor y acompañamiento en todas las etapas de su vida.
Como padres, debemos enseñarles a los niños y niñas la importancia de vivir en un mundo donde reine la paz y la armonía. La mejor forma de modelar los valores es dando el ejemplo.
Es importante mostrar que la paz no solo se refiere a los tiempos de guerra, sino que la paz es una actitud que debe ejercerse en la familia, amigos, en la iglesia, la escuela, la comunidad.
Hay diferentes formas en las que todos podemos promover la paz en el hogar:
Evitar peleas entre la familia. Es importante ser mediador en las situaciones donde haya diferentes formas de pensar y actuar. Intervenir de forma sabia y ecuánime para que cada uno se sienta valorado y amado.
Compartir las tareas del hogar. Muchas de las discusiones dentro de la casa vienen porque uno se ha encargado de más cosas que otro. Así que hay que equiparar esas tareas según la edad y el tiempo de cada uno.
Evitar expresiones de violencia. Gritos, empujones, entre otros, deben ser sustituidos por conductas que llamen al diálogo abierto y a la serenidad.
La paz empieza a través de palabras amables, y escucha empática.
Hay que saber pedir perdón cuando nos equivocamos.
Es importante reconocer nuestro error y aprender de ello y, en el caso que sea necesario y afecte a un tercero nuestra conducta, pedir perdón.
Recordemos que vivir en paz y armonía ayuda a que las niñas y niños sean personas más seguras, más confiadas, amables y respetuosas, con alta capacidad para relacionarse. Además, les proporciona un bienestar psicológico que les permitirá enfocarse mucho más en sus logros personales.
En una buena convivencia familiar también puede aparecer el conflicto, sin embargo, lo importante es saber gestionar la situación, las emociones y las acciones.
¡Todo el mundo anda siempre en búsqueda de la paz, encontrémosla primero en nuestro hogar!