Cómo desarrollar un devocional diario en familia
Hoy te impulsamos a llevar a cabo devocionales familiares, los cuales son vitales para mover nuestras vidas espirituales más allá de las paredes de la iglesia. Este acto de fe se activa cada día a través de las reuniones con cada uno de tus seres queridos, dentro de tu hogar.
No dudamos que los devocionales familiares serán un tiempo que una a tu familia desde que se sienten a leer la biblia, meditar la Palabra y oren juntos. Es un tiempo destinado a edificar a cada uno y establecer un sentido de unidad y dirección dentro de las familias.
Los devocionales familiares pueden iniciar relaciones profundas con los niños y niñas y ampliar las oportunidades para orar con ellos y por ellos. En cada devocional tú y tu familia generarán el crecimiento y la herencia espiritual en el corazón de cada uno.
¿POR QUÉ HACER UN DEVOCIONAL FAMILIAR?
En primer lugar, quisiera recordarte la importancia del devocional familiar. Dios nos ha mandado a instruir a nuestros hijos en su camino (Pr. 22:6). Nos dijo que debemos enseñarles sus mandamientos (Dt. 6:4-9; 11:18-19) y criarles en disciplina y amonestación del Señor (Ef. 6:4). Una de las mejores maneras de criar a tus hijos es por medio del devocional familiar.
Además de enseñarles el contenido y las aplicaciones de la Palabra, este devocional te permite compartir tu corazón con tus hijos. Podrán ver que tu relación con Dios y la obediencia a su Palabra son importantes para ti. El devocional es una forma de impactar positivamente la vida de tus hijos a largo plazo.
¿CÓMO HACER UN DEVOCIONAL FAMILIAR?
Leer pasajes bíblicos.
Esta es la práctica más básica y debe ser habitual en nuestro devocional. Aunque enseñar la Biblia pudiera intimidar a algunos padres, no tiene que ser así. Con tres simples preguntas, puedes lograr mucho. (1) ¿Qué me enseña este pasaje acerca de Dios? (2) ¿Qué me enseña este pasaje acerca del ser humano (puede ser algo positivo o negativo)? (3) ¿Qué me enseña este pasaje para mi vida (aplicación)?
Leer libros apropiados para la edad de sus hijos.
Hay muchos libros que pueden ser útiles en instruir a nuestros hijos. Pero siempre recuerda que cualquier recurso que no sea la Biblia tiene que ser leído con discernimiento, comparándolo con la Palabra de Dios. No porque diga ser un libro cristiano o porque lo compró en una librería cristiana significa que es completamente confiable.
Repasar el sermón dominical.
Esto anima a nuestros hijos a prestar atención el domingo y nos permite reforzar las enseñanzas que tienen mayor relevancia a nuestras vidas. También nos permite compartir cómo Dios nos está hablando a cada uno.
Memorizar pasajes bíblicos.
Esta práctica permite que atesoremos la Palabra de Dios en nuestro corazón para usar en momentos de tentación o tribulación. Además, podemos enseñar y aplicar las verdades de estos pasajes. Es divertido y crea unidad familiar cuando todos están citando los pasajes al unísono.
Hablar de temas específicos.
Esto depende de las necesidades o etapa de los hijos. A veces, en vez de leer algo específico, hemos tomado el tiempo de devocional familiar para conversar sobre el enojo, los pleitos, el uso de la tecnología, las amistades, el respeto hacia la autoridad, la obediencia, etc.
Compartir lo que cada persona está leyendo en su lectura personal.
Esta práctica es muy sana, ya que (1) exige que cada miembro esté teniendo su devocional personal, y (2) anima a nuestros hijos a leer con atención, sabiendo que van a tener que compartir algo. Es hermoso ver cómo nuestros hijos van creciendo en su comprensión y deleite de las Escrituras.
Cantar himnos o cantos y analizar sus verdades.
Los grandes himnos de la fe y buenos cantos modernos tienen mucho que enseñarnos. Al evaluar esto cantos, podemos aprender mucha buena doctrina y desarrollar un aprecio más profundo por la maravillosa obra de Cristo por nosotros.
Hacer dramas de las historias bíblicas.
Especialmente cuando nuestros hijos son pequeños, disfrutan mucho hacer una pequeña obra de teatro, donde cada persona representa un personaje de alguna historia bíblica. Los niños se reirán y recordarán la enseñanza de estas ocasiones especiales.
ALGUNOS CONSEJOS FINALES
Esta práctica te puede llevar unos 20 minutos. Si es más largo, es más difícil encontrar el tiempo, los hijos se distraen, y llega a ser una excusa para no tenerlo.
¡La variedad es importante! De esta manera, no se volverá aburrido y retendrá la atención de los hijos.
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