Las madres de familia por naturaleza tienen en su instinto, preocuparse y atender a los demás, hijos, hijas, esposos y familiares cercanos. En general, siempre priorizan las necesidades de otros antes de las suyas. Sin embargo, se les indica promover su autocuido, pero cómo y cuándo hacerlo, sin descuidar sus responsabilidades ni sentirse culpables por anteponer sus necesidades.

Acá te dejamos algunos tips, para que puedas autocuidarte, dedicar tiempo a hacer lo que te haga feliz, lo que te haga sentir bien, lo que dibuje una sonrisa en tu rostro o te haga sentir llena en tu corazón.

Piensa un momento en ti todos los días. Piensa en lo que puedes hacer por ti, incluso cuando sólo cuentes con 10 o 15 minutos por la mañana y por la noche. Recuerda que debes mantenerte fuerte y saludable, haz un poco de ejercicio y toma un baño de agua caliente para relajarte.

Recarga energías. Recárgate física y emocionalmente para ser soporte en la crianza de sus hijos. Es importante compartir momentos y emociones sobre lo que están sintiendo y puede tu familia, darte la mano para apoyarse.

Alimenta tu espíritu. Ora, lee y mantén tiempo de meditación que te permitan estar más cerca de Dios y tus creencias religiosas.

Descubre tus dotes artísticos. Pinta, colorea, dibuja, decora tu espacio de descanso y reflexión, donde te sientas bien y puedas darte un tiempo para el recreo y descanso. Esto te ayudará a despejar tu mente y recargar energía para encontrar ese espacio contigo misma. 

¡Respira profundo! Ponte en contacto con la naturaleza, haz ejercicios y renueva energías.

Debes saber decir “no”. No te sientas egoísta al poner límites, este puede ser un acto de autocuidado para darte bienestar y protegerte de sobrecargas físicas o emocionales.

Recuerda, cuando cuidas de tus necesidades físicas, emocionales e intelectuales, te estás ayudando a ser una mejor madre. Ten como prioridad diaria el tener tiempo para ti. Te sentirás mejor y tu relación con tu hija e hijo y los demás miembros de la familia mejorará también.