Todos indiscutiblemente hemos crecido en el seno de una familia. Familia ya sea por parentesco sanguíneo o porque nos tocó ser familia en el camino de la vida, nuestros recuerdos y la mayor parte de nuestra escala de valores fue formada en este ámbito; lo que vivimos, lo que escuchamos, lo que practicamos se quedó con nosotros para bien o para mal.

Estas familias a las cuales pertenecemos aun hoy en día, practican diferentes sistemas de valores, quizá para algunos las reglas de un hogar sean muy conservadores o permisibles, pero esa convivencia no es producto del azar más bien, son los valores adoptados por esa familia los que las hace singular. Los valores familiares son los preceptos, normas o acuerdos que orientan a los miembros de cada familia a una convivencia armoniosa, equilibrada y tierna.

La mayoría de las veces, los valores familiares están fundamentados en diversos conceptos de amor y un expresión de Ternura que sobrepasa la lógica. El amor es la base de las diferentes relaciones frecuentemente se encamina a una coexistencia de tolerancia, crecimiento mutuo, respeto, solidaridad y empatía, es decir, los valores familiares dirigen las actitudes, intereses, pensamientos hacia el desarrollo de los demás miembros de la familia.

Los niños y las niñas y aun los adultos, necesitan ser educados a partir de la existencia de valores claros, bien configurados, con una coherencia que les dé credibilidad. En este aspecto no puede existir el doble discurso, ni la doble vida porque se transmiten las vivencias y se viven las creencias, es decir los valores no son enseñados, son modelados con integridad y valentía.

En la familia se les enseña a los hijos e hijas, aun cuando no se tiene la intención de hacerlo; porque actúa de modo poderoso el factor de imitación y sabemos hoy que los cerebros de los humanos desde muy temprana edad están programados para seguir esos ejemplos, más que las palabras.

Hablando de valores, los que se viven dentro de las familias, podríamos decir que son aquellas recomendaciones que nuestros cuidadores nos han brindado en determinados momentos; recomendaciones sobre cómo debemos comportarnos con nuestros amigos, familia, vecinos y nuestras creencias de fe, también son todos los consejos que ellos nos dan sobre cómo enfrentar las cosas que nos preocupan, nos ponen tristes o molestos. Aquí surge la conciencia moral y ésta nos acompañará y se moldeará a lo largo nuestra vida.

Los valores familiares nos orientan a respetar cualquier ser vivo (Compañeros de escuela, amigos, hermanos, primos, maestros, animales, naturaleza y con cualquier otra persona que conozcamos) y estos valores se complementan con nuestra vivencia de la fe. Esa actitud de respeto que nos enseñan los valores familiares permite que aceptemos y fomentemos la libertad y prevengamos desde una temprana edad las acciones violentas hacia los demás.

Entonces los valores familiares son los primeros elementos de prevención de violencia que las niñas y los niños experimentan en su entorno, aquí la importancia de fomentar, modelar y vivir valores dentro de este ámbito familiar. Los estudios sobre experiencias adversas precisan que las heridas de la infancia son sanadas a través de la experiencia de la ternura y el amor con las fortalezas de las familias.

A manera de reflexión, debemos de procurar desde todos los aspectos como cuidadores padres, madres, tíos, tías, abuelos, abuelas, que nuestros espacios familiares definan y practiquen valores, esta es una urgencia generacional para poder cesar una escalada de historias de violencia de nuestras sociedades latinas, hoy es el momento, para unirse a causas que aborden de manera efectiva la formación de comportamientos positivos en las familias, hoy es el momento de cambiar la historia por el bien de nuestros hijos e hijas.

Descarga aquí el ebook Ternura en Casa
y compártelo con tu familia.